POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
Camino a la cascada de Buanga |
Buanga
o Guanga es un lugar mágico y poco conocido de Oviedo. De encontrarse en otro
lugar de Asturias es probable que su difusión y frecuentación fuera de las más
altas de la región. Oviedo es un municipio urbano. Por su condición de capital
del Principado sus espacios rurales y naturales han quedado, muchas veces,
ensombrecidos y olvidados. Buanga es uno de esos lugares, un tesoro natural que
bien merece una visita. No es una excursión larga pero tampoco fácil. Si
queremos llegar a la cascada superior debemos salvar casi 300 metros de
desnivel en apenas dos kilómetros y medio. Esto nos indica la fuerte pendiente que
debemos superar. Pero el esfuerzo merece la pena.
Arroyo de Buanga |
El
pequeño río, si tenemos la suerte o la previsión de visitarlo en el momento de
mayor caudal, se convierte en un auténtico parque temático dedicado al agua. Un
verdadero gozo para los sentidos. Los saltos naturales, tres o cuatro grandes cascadas,
son dignas de considerarse, cada una de ellas, entre las más bellas de Asturias.
Estoy hablando de las que alcanzan mayor altura, las que superan ampliamente la
veintena de metros.
Flores en Buanga |
Pero
Buanga no es sólo agua. Es belleza y vida por cualquier rincón que lo
observemos. Los musgos, los helechos, las flores, los hongos… todos contribuyen
a engrandecer tan exiguo territorio. Lo primero que se debe explicar es la
forma de llegar hasta allí y de realizar el paseo por este auténtico santuario
de la naturaleza. El arroyo se encuentra en el extremo suroccidental del
municipio ovetense en su límite con el de Grado. Por Oviedo el punto de partida de la ruta
se encuentra en la localidad de San Andrés, o en el Molino de Buanga, según como
queramos afrontar el recorrido. Está poco señalizado pero a cambio contamos con la facilidad de poder acercarnos al punto de partida en transporte municipal. Lo podemos hacer con la línea que une Tudela Veguín con San Andrés. Por la vertiente moscona es más suave si sólo queremos ver la cascada superior. Se accede desde La Corredoria en Sama de Grado.
El
arroyo es afluente del río Trubia. Nace en la sierra de Buanga que
comparten los concejos de Oviedo y Santo Adriano. En concreto sus fuentes se
encuentran en el concejo moscón. Discurre pegado a la Peña el Castiello en la que se dice tuvo el levantisco conde Gonzalo Peláez uno de sus castillos. Desde él mantuvo su enfrentamiento contra el emperador Alfonso VII. El bosque, que crece en el entorno, entremezcla
diferentes especies, de las que destacan, por su abundancia, castaños y robles.
Este bosque de robles fue considerado históricamente como uno de los más
importantes de Asturias. Por ese motivo sufrió una sobreexplotación que hizo
disminuir su antiguo esplendor. Sus robles abastecieron los arsenales del
Ferrol durante el siglo XVIII. Su madera se empleo en la fabricación
de carbón vegetal y para surtir a la cercana Fábrica de Armas de Trubia.
Cascadas intermedias |
Cascadas intermedias |
Las
vistas que iremos ganando a medida que ascendemos se alargarán por todo el
valle del Trubia hasta la sierra del Aramo. La Mostayal, con su característica
forma piramidal, destaca por el sureste en medio de esta amplia panorámica desplegada
ante nuestra vista. En el fondo del valle aún es visible la huella dejada por
la vieja cantera explotada al sur del pueblo de San Andrés.
Subida a las cascadas de arriba |
El
itinerario que utilicé en su día para realizar esta ruta la comencé primero por
la cascada más baja, la de acceso más cómodo. A las de la parte superior se
accede por otro lugar diferente. Aunque es posible, y yo así lo hice, ir de la
más baja a las de arriba siguiendo un sendero que serpentea por la ladera, pero
es fácil perderse. En especial si no se está acostumbrado a seguir la traza de
los senderos ya muy borrados. Por todo ello aconsejo hacer la visita por
separado a los dos grupos de cascadas.
Subida a las cascadas de arriba |
Cascada de abajo en Buanga |
Por último sólo me queda señalar lo difícil que resulta para mí trasmitir el ambiente que allí se vive. Las fotografías son escaso testimonio. Les faltan proporciones, sonidos, olores, el tacto… Como
he comentado al principio, para visitar Buanga es mejor aprovechar los días
lluviosos de la primavera. Cuando las aguas hacen crecer y expandirse las
cascadas. La mayor dificultad en esos días es mantenerse en pie sobre el
resbaladizo camino. Hay que extremar la atención pues aunque la excursión es sencilla
un traspiés en lugar tan empinado puede costar un disgusto. Estropearnos
lo que tan sólo debería ser un hermoso y agradable paseo. Y un consejo final, respetar el lugar dejándolo como estaba. Al menos procurar no destruir los bonitos musgos, líquenes y hongos.
AUTOR DE TEXTO JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES. DE LAS FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES Y O.MATA
1 comentario:
Toda una joya de la naturaleza a un paso d Oviedo (en el bus L2 d TUA llegas hasta el inicio). Enhorabuena al narrador de la ruta que garantiza la sorpresa.
Publicar un comentario