POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
|
Palacio de Valdés Salas |
Dejo
atrás el casco viejo de Salas. Es uno de los mejor conservados de las villas
asturianas como se reconoció en el año 1994 con su declaración como conjunto
histórico. El antiguo palacio de los Valdes Salas, del siglo XVI, es en la actualidad un
moderno alojamiento hotelero. Hoy hago el camino acompañado, lo que entretiene
pero también distrae en la observación del entorno. De inmediato llama mi
atención el gran viaducto de la autovía convertido en la espada de Damocles del
paisaje salense. El itinerario que seguimos era el que servía, antes de la
construcción de la carretera, para ascender hasta La Espina, destino final de
este tramo. En las últimas casas de Salas, se mantienen aún en pie las
instalaciones de la antigua curtidora de pieles.
|
Salida de Salas |
|
Fuente del Paín |
Abordamos
el tramo de tierra. Las lluvias de los días pasados lo han embarrado un poco
pero se camina sin dificultad, casi sin desnivel. Dejamos al borde del trazado
una vieja fuente de piedra, la del Paín restaurada en el 2004, y que el musgo
ha ido tapizando hasta darle su aspecto actual. No necesitamos pararnos a coger
agua pues hemos tenido la precaución de hacerlo poco antes, en la villa, en
previsión de no encontrarla luego. Pasamos junto a los restos de las antiguas
minas de caolín. Pinos y eucaliptos cubren la mayor parte de las vertientes del
valle alto del Nonaya, pero nuestra ruta conserva aún muchos de sus árboles
originales. El viento, que sopla con cierta fuerza, convierte la pista en un
lugar algo desapacible. Muchas ramas secas aparecen desgajadas y desperdigadas
sobre la senda.
|
Puente de Borra |
Hasta
el primer puente de piedra que salva el cauce del río hemos recorrido algo más
de 2 km. El puente apenas tiene pretil. Aprovechamos la parada para hacer
alguna foto del pequeño arco de piedra sobre el que se sustenta. Al puente de
Borra le sigue, poco después, el del Carcabón que sí salva mayor pendiente y
que tiene por ello un arco de mayores dimensiones. Ambos fueron construidos en
los siglos XVII-XVIII como figura en sus carteles informativos. Antes de cruzar
el último de ellos, a la derecha, desciende una empinada cuesta de alrededor de
300 m que nos lleva a visitar la cascada del Nonaya. El nombre del río sería, según diversos autores, un hidrónimo de origen prerromano. El desvío, que considero
de obligado cumplimiento, nos permite fotografiar mejor el arco del
Carcabón. La cascada, muy frecuentada en los últimos años, está señalizada
como ruta senderista, la SL.AS-22. En verano su caudal disminuye de
manera ostensible.
|
Desvío a la cascada |
|
Cascada del Nonaya |
Tras
retomar el camino se afrontan las pendientes más acusadas que nos llevan hasta
la carretera Nacional, la N-634, en El Llanón, a la altura de la antigua cantera.
Hasta este punto hemos recorrido poco más de 3 km y nos quedan, más o menos, uno por asfalto y otro más hasta Porciles. Son los menos agraciados de la excursión,
no por el paisaje que continúa dándonos algunas buenas panorámicas, sino por el
trazado actual afectado por las obras de la autovía a La Espina.
|
Llegada a la N-634 |
|
Desvío en la N-634 |
Se
abandona la carretera por la margen izquierda, por un camino de tierra que más
tarde se vuelve asfalto cuando discurre sobre el talud de la nueva calzada. Desde
la subida vemos al otro lado del valle los pueblos de El Couz y La Peña. Por aquí
salvamos las cuestas finales antes de alcanzar la planicie de La Espina.
Porciles se encuentra sobre el mismo borde. Su nombre derivaría del término
latino porcum. Del pueblo parece que era natural el conocido arriero apodado El Bonito que alquilaba sus mulas para ir a Madrid. Los viajeros podían ser de "media burra" o de "burra entera". El de "media burra" hacía la mitad del viaje andando.
|
El Couz desde la subida a Porciles |
Este desguarnecido lugar
pertenece ya a la parroquia de Bodenaya. Estamos a 600 m de altitud y a esta
altura se extiende la mayor parte de este inmenso altiplano. Los algo más de
800 m de altura de la sierra de Bodenaya, al este del pueblo, han rebajado
tanto su perfil que escasamente sobresale en el paisaje.
|
Llegada a Porciles |
En
la actualidad un parque eólico se extiende por toda su parte culminante. Este
era ya bien visible desde Salas, por donde la sierra muestra su forma más destacada. Los molinos nos han servido de
orientación en todo el recorrido. El viento que ahora sopla fuerte y frío, sin
impedimento alguno, explica la abundancia de molinos en la zona. La distancia
entre Porciles y Bodenaya es escasa. La salvamos por carreteras interiores que
han quedado constreñidas entre la vieja nacional y la autovía. Estos caminos
que salen de la parte baja de Porciles y van hasta Bodenaya eran conocidos como
el Camín de misa, por ser el empleado para llegar a la iglesia parroquial.
|
De Porciles a Bodenaya |
|
Crucero en Bodenaya |
Muchos aguadores madrileños eran de esta procedencia. Al
llegar al cementerio un crucero instalado en sus inmediaciones, a principios
del siglo XX, nos sirve para hacer un alto en el camino. La iglesia parroquial,
bajo la advocación de Santa María, presenta una curiosa apariencia con un
pórtico cerrado en su totalidad. La iglesia está recogida en el Inventario del
Patrimonio arquitectónico de Asturias. De la iglesia al actual albergue de peregrinos
hay apenas 300 m. Está situado muy cerca de la carretera general. Si vamos a continuar
camino, como es
nuestro caso, hay que cruzar la carretera para seguir por la margen derecha,
por un camino interior que nos llevará hasta La Espina.
|
Iglesia de Bodenaya |
|
Albergue de Bodenaya |
|
Desde La Espina |
La
Espina es todavía hoy una encrucijada de caminos. Era la bifurcación de los que
se dirigían a Galicia por la costa o por el interior a través de Tineo y
Allande. Fue, además, encrucijada de caminos trashumantes para los vaqueiros de
alzada. Esta fue razón fundamental para establecer allí dos hospitales de
peregrinos. Uno dependía del obispado compostelano y el otro de su fundador
Fernando de Valdés Salas. Ambos desaparecieron a finales del siglo XVIII.
Además de los dos hospitales contó con una leprosería o malatería en la zona
que aún conserva dicho topónimo, muy próximo a la iglesia parroquial.
|
Iglesia de La Espina |
La
malatería de Nuestra Señora de Bazar, que así se denominaba, desapareció durante la
guerra civil. La Espina fue, tras la constitución de 1820, capital municipal.
En la actualidad cuenta con algo más de 300 habitantes. La iglesia parroquial,
en la que se veneraba la desaparecida imagen de San Lázaro, tiene un parecido con
la de Bodenaya. Me la recuerda por su pórtico totalmente cerrado y el encalado
blanco de sus paredes. Esta era una de las iglesias en las que se discriminaba a los vaqueiros que debían permanecer separados del resto de la población. La Espina fue en sus orígenes una braña vaqueira. Según se dice, en las inmediaciones de la iglesia pernoctó el general
Espartero durante la guerra Carlista. Nosotros podemos hacerlo en un albergue
que hay en sus proximidades.
Altitud de salida: 239 m
Altitud más elevada: 660 m
Altitud de llegada: 645 m
Distancia a recorrer: 8,4 km
Tiempo estimado: 2:20 h
AUTOR
DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
No hay comentarios:
Publicar un comentario