Cogollo de Cebolledo

POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Cogollu es un topónimo que se repite con cierta frecuencia en las montañas asturianas. Para algunos diccionarios, los de la Lengua Española y Asturiana por ejemplo, el término hace referencia a la parte más elevada del pino o de una ciudad. Procedería del latín cucullum, capuchón. Es fácil trasladarlo y ponerlo en relación con accidentes geográficos que denoten elevación o crestas del terreno como en su día hicieron los habitantes de la zona. Cebolledo o Cebolléu también es término frecuente en nuestras montañas. Lo encontramos en la cumbre que nos ocupa, en el circo de Cebolledo en el puerto de San Isidro, las Peñas de Cebolleda en Amieva o en las Torres de Cebolleda en Cangas de Onís, entre otras. Sobre toponimia prerromana de la zona hay publicado este interesante trabajo de María Teresa Llamazares, Topónimos prerromanos de Orallo, Laciana.

El Cogollu de Cebolléu está en la confluencia de los concejos asturianos de Cangas del Narcea, Somiedo y el municipio de Villablino en León. Por cualquiera de estos territorios podemos acceder a esta atractiva cumbre. Genestoso en Cangas del Narcea, Villar de Vildas en Somiedo y Orallo en Laciana son los lugares más utilizados como inicio de ruta. En este caso os comento la que hice desde la primera de las poblaciones citadas anteriormente.

Ollera en Genestoso/Xinestusu

Genestoso o Xinestusu, a 1.170 m, es la última población que encontraremos siguiendo la carretera CN-4 que a su vez deriva de la AS-213, la carretera al puerto de Leitariegos. Está asentada en la cabecera del río Cibea o de Genestoso y su nombre procedería del latín vulgar genesta debido a la abundancia de genista en sus inmediaciones. Es conocida por la elaboración de quesos de cabra, actualmente de vaca, que llevan el nombre de la localidad fuera incluso de los límites regionales. La identificación de este queso es fácil gracias a la huella que deja el molde de esparto utilizado tradicionalmente en su maduración. Poco a poco Genestoso va desarrollando, también, una incipiente actividad turística.

Buena parte del recorrido coincide con la ruta señalizada a la Peña el Cabril (PR-AS-110) por lo que no tiene pérdida posible. Partimos por una ancha pista tras distraernos un rato contemplando una antigua ollera y un viejo molino próximos al inicio del camino. Las olleras son una curiosa construcción que se hacían en las fuentes o en los ríos y que servían para colocar las ollas de leche a enfriar. La de Genestoso, trabajada con piedra de cuarzo arenisca de color rojizo, presenta un aspecto muy particular. En su entorno se manifiesta la falta de uso y la pérdida de interés. Le crecen las malas hierbas y es utilizada como depósito de materiales para una obra cercana. Da pena ver nuestro patrimonio etnográfico en manifiesta decadencia.

Las Carruexas

La pista va siguiendo el río Cibea por su margen izquierda y parece que tuvo un uso militar según explica el gran divulgador de la montaña asturiana Ángel Fernández Ortega. Discurre, primero, por encima de las praderías de Las Carruexas, cercadas con los tradicionales muros de piedra del occidente astur. Continúa, después, bajo las estribaciones de la Peña Treisa, por el valle de Los Corros. En el recorrido dejamos atrás una fuente y un refugio habilitado para uso montañero muy cerca de donde termina la pista. De allí al collado Tres lagunas queda poco trecho que salvamos en algunos minutos más.

Valle de Los Corros

Collado Tres Lagunas y Los Corros

El collado y las lagunas, secas en el momento en que nosotros las visitamos, se encuentran a 1.721 m. Este paso elevado constituye el límite entre Asturias y León. El valle que se abre y suaviza por la vertiente meridional desciende hacia el pueblo leonés de Orallo. La cumbre que contemplamos a nuestra izquierda, hacia el oeste, no debemos confundirla con nuestro destino, pues aunque recibe idéntico nombre, Cogollo (1.971 m), es algunos metros más baja que el de Cebolléu (2.089 m) que se encuentra a continuación.

Traspasamos el collado del Cogollo y dejamos atrás el pico homónimo pudiendo ver ya la amplia ladera que asciende, con buen desnivel, hasta la cumbre. Decidimos abordarla siguiendo toda la cresta noroccidental, lo que nos permitirá admirar los abruptos flancos septentrionales de toda esta larga sierra. Las enrojecidas hojas de las arandaneras le prestan curiosos tonos al sobrio paisaje. Nos entretenemos un rato comiendo alguno de los escasos arándanos que aún resisten en la planta y observando un grupo de buitres que supongo nos vigilan desde hace rato. En cuanto superamos su distancia de seguridad emprenden el vuelo.

Lago Bueno y valle del Pigüeña

A nuestros pies, en dirección norte, se abre el profundo valle del río Pigüeña cubierto por un espeso manto blanco que no levantará hasta bien entrada la mañana. El que se muestra perfectamente visible es el hermoso Lago Bueno, actualmente protegido bajo la catalogación de Reserva de la biosfera para todo su entorno. El lago se encuentra en zona de uso restringido, según el PRUG del Parque Natural de Somiedo, por lo que deberemos contentarnos con verlo desde las alturas.

Alcanzar la cumbre del Cogollu de Cebolléu no entraña mayor dificultad y nos compensa con unas magníficas vistas. Muy próximos a nosotros se encuentran Los Raxos, hasta los que luego tenemos intención de continuar. Vemos el collado o puerto de Las Cerezales y toda la sierra que finaliza en la piramidal cumbre del Cornón. Su cara norte nada tiene que ver con las laderas menos pronunciadas que presenta por la ruta que parte del puerto de Somiedo. Nos llama la atención el desforestado entorno que delata la gran actividad ganadera que durante siglos se desarrolló sobre estos opulentos pastos de la Cordillera Cantábrica.

La vista se alarga por las montañas de Ubiña hasta los lejanos Picos de Europa, con sus perfiles perfectamente definidos a pesar de la distancia. La infinidad de cumbres, valles y puertos que se despliegan a nuestro alrededor nos invitan a continuar caminando. Ayudados por un magnífico día de sol descendemos la cresta oriental del Cogollu. Nos detenemos un rato observando Villar de Vildas, libre ya de las nieblas matinales que lo ocultaban a nuestra mirada. Los Raxos se levantan como afilados dientes sobre el valle que desciende desde el puerto de Cerezales hasta Villar de Vildas.

Al bajar del Cogollu vemos la verticalidad de su cara norte que cae bruscamente sobre el valle de Cebolleu en Somiedo. Para acceder hasta Los Raxos hay que pasar previamente por Las Camposas, con su cima plana situada a 2.054 m. A esta cumbre se puede subir desde la braña de La Pornacal o desde Los Cuartos. Su estratégica posición permite disfrutar de buenas vistas sobre Los Raxos, El Cornón y El Cogollu de Cebolléu.

El Cornón, entre sombras, se queda esperando otra futura visita. Han trascurrido ya más de 35 años de mi primer encuentro con su cima y parece que aún tendrá que esperar algo más. La vuelta la hacemos por otro itinerario diferente pero si dispusiéramos de tiempo y algún vehículo esperándonos en Villar de Vildas se nos ocurre un magnífico final de recorrido. Regresamos por el Puerto de las Cerezales por un camino que a media ladera va rodeando todo el Cogollu de Cebolléu hasta empalmar con el camino inicial en el collado del Cogollo. Al final nos espera Genestoso calcinado por un sol de justicia que no tiene piedad con el que se atreva a deambular por sus caleyas.

Desnivel aprox.: 919 m

Tiempo aprox. Ida: 3:30 horas

AUTOR DE TEXTO JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES DE LAS FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES Y S. RECIO