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El abedul


POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Abedul en primavera
El abedul es un árbol caducifolio de la familia de las betulaceas. Esta agrupa seis géneros entre los que se encuentran, además de los abedules (bidul o bidueiro en asturiano) los alisos, carpes y avellanos. Algunas especies del género Betula son fácilmente identificables, incluso en invierno, por el color blanquecino de su corteza. Los Betula agrupan a un número importante de variedades entre las que se encuentran el abedul común (Betula pendula), el pubescente (Betula pubescens)1, el alba (Betula alba) y el ibérico (Betula celtiberica)2, cuatro de los más habituales en Asturias. Este último posee una corteza de color rojizo en lugar de la blanquecina de los primeros.

La corteza del abedul común es lisa, blanca plateada y con rayas horizontales entrecortadas. Bajo esta corteza exterior posee otra de color rojiza (rica en taninos) de la que se extrae la betulina, Esta era utilizada, tras un sencillo proceso, en el calafateado de los barcos, gracias a su poder impermeabilizante. Su corteza también se empleaba en la confección de calzado, papiro para escribir o como techumbre para cubrir las antiguas colmenas artesanales. Tiene, además, propiedades medicinales por sus sustancias flavónicas, entre las que destacan las diuréticas. Por su abundancia en Asturias ha dado nombre a muchos lugares habitados de la región, como ocurre en los pueblos de La Bedul o Les Bedules.

Corteza del abedul
Corteza del abedul

Corteza interior del abedul
Corteza de la que se extrae la betulina

Al abedul están asociadas algunas mariposas entre las que destaca la Biston betularia, mariposa nocturna que tiene la particularidad de haber sufrido una mutación en su coloración para adaptarse a su nuevo entorno. Además de esta famosa mariposa también están asociadas al abedul otras especies como la endromis del sauce (Endromis versicolora) o la gran geómetra del abedul (Geometra papilionaria). Las hojas del Betula pendula poseen un largo peciolo y por ser, además, delgadas y muy ligeras, oscilan con facilidad, lo que ha motivado su nombre científico. Los amentos masculinos son inicialmente de color pardo cambiando posteriormente al amarillo claro mientras que los femeninos son originalmente verdosos para terminar en un amarillo pardo. El polen se distribuye por el aire lo que facilita su dispersión.

Hojas de abedul

Amentos de abedul

Biston betularia
Biston betularia (Foto: Manuel Antonio Miranda)
El abedul constituye uno de los primeros árboles colonizadores de los terrenos desprovistos de vegetación. Son distintas las preferencias en dos de las cuatro especies citadas con anterioridad: el común prefiere suelos drenados y soleados y el pubescente los encharcados. Ambos suelen florecer entre marzo y mayo siendo, por lo general, el común el primero en hacerlo.

Abedules en otoño

Las facilidades que posee el abedul para colonizar terrenos diversos, en condiciones climáticas duras y con una rápida propagación, le permiten adaptarse a las altitudes elevadas. Esta característica es la que auspicia el que podamos verlo fácilmente en las zonas más montañosas de Asturias. Por lo general, la especie dominante en estos abedulares orocantábricos es la celtibérica. En otros casos el abedul aparece mezclado con el roble carbayo, en las carbayedas acidófilas, o con el haya, en los hayedos orocantábricos del centro y oriente de la región. 

Abedular en el puerto Ventana
El abedular de abedul ibérico crece, básicamente, en terrenos silíceos y en laderas sombrías situadas entre los 1.700 y los 2.100 m de altitud. Los ejemplares de este tipo de bosque no suelen alcanzar un porte demasiado elevado. El sotobosque corresponde, por lo general, a matorral de piorno, escoba y arandaneras.

Por la preferencia de suelos ácidos suele proliferar mucho más en el centro y occidente de la región. Pero abedulares interesantes podemos encontrarlos en casi todos los bosques de Asturias destacando los del monte de la Salguerosa, concejo de Ponga, el bosque de Valgrande en Pajares, o los de la Brañiella en Teverga. 

Abedular en el puerto Ventana

Notas:

1 El Betula pubescens en Asturias fue introducido como especie de jardinería aunque puede existir en hibridación con el pendula y el alba.
2 El Betula celtiberica es una subespecie del pubescens como se indica en Betula celtiberica Rothm. & Vasc. in Bol. Soc. Brot. ser 2, 14: 147 (1940)

AUTOR DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES (excepto fotografía de Biston betularia)



El monte bajo


POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Tojo, brezo y escoba
Tojo, brezo y escoba en la subida al Veigardón
El monte bajo, o matorral, es uno de los elementos de la vegetación que más contribuyen a la definición del paisaje. Por la extensión que suele ocupar y por el color y las texturas que establece. En esta entrada voy a referirme, exclusivamente, al matorral de la Cordillera Cantábrica, el que mejor conozco. Aunque he hecho muchas rutas al sur de estas montañas que, grosso modo, fijan el límite entre la vegetación atlántica y la mediterránea, no me considero con suficiente experiencia en la materia para asentar criterios claros que os puedan servir. De todas formas hay que decir que los arbustos y plantas que aquí recojo también pueden encontrarse en la vegetación mediterránea.

Brezo y escobas
Brezo y escobas en la subida al Horru
En las montañas del norte de la península, la mayor parte del matorral actual, surge como consecuencia del abandono de la actividad ganadera. Esta era, hasta hace relativamente poco tiempo, la base de la economía rural de la zona. Podemos considerar que esta vegetación representa un primer paso hacia una reforestación. Un escalón hacia la recuperación del bosque original, el que existió antes de las roturaciones llevadas a cabo para la creación de prados y pastizales. Nuestro paisaje más habitual durante muchas generaciones.

Brezal y tojal en el Gorfolí
Con mayor frecuencia, lo que nos encontraremos será el matorral de brezo, tojo, genista, escoba y arándano, junto a las extensiones de helechos. Todos ellos se distribuyen en la naturaleza en función de los tipos de suelo. Pueden agruparse en una única especie dominante o mezclándose entre ellos en función de afinidades ecológicas. Daré algunas características de cada uno siguiendo el orden anterior, que no atiende a ningún criterio ni biológico ni a la extensión que ocupa.

Brezo
Brezo
Sobre el brezo lo primero que debemos tener en cuenta es que no existe un solo tipo sino varios. Entre ellos cabe citar el brezo común (Calluna vulgaris), el más abundante junto con la Erica herbacea, el blanco (Erica arborea) o el nazareno (Erica cinerea).

Centrándonos en el común, este brezo está siempre verde y aunque suele presentar pequeña altura puede llegar hasta el metro. En verano tiene, por lo general, color verde oscuro siendo de color pardo en el invierno. Las flores son habitualmente de color rosa violáceo. Crece en suelos pobres aunque necesita bastante luz aguantando bien tanto el calor como el frío. Florece desde julio hasta noviembre. Antiguamente se utilizaba para fabricar escobas. Fue de las primeras plantas colonizadoras debido a sus pocas exigencias nutritivas respecto al suelo.


Brezal en la Moredina
Brezal en La Moredina
La Erica herbacea es parecida a la anterior y difícil de diferenciar a no ser por el tamaño, siendo más baja que el brezo común. Crece principalmente en terrenos calcáreos. Caminar por el brezal es relativamente fácil cuando este tiene poca altura teniendo, en ese caso, la sensación de andar sobre un suelo almohadillado.

Tojo
Tojo
El tojo, toxo o cotolla en asturiano, (Ulex europeus) es fácilmente identificable. Es un arbusto espinoso que llega a alcanzar bastante altura, puede superar los 2 m. Su color es verde oscuro y sus espinas miden casi 3 cm de longitud. Sus flores son amarillas y tiene un olor dulce muy particular. Suele crecer en terrenos silíceos en robledales acidófilos, pinares abiertos o en suelos arcillosos o arenosos. Asciende hasta los 800 m de altitud y florece entre abril y julio. Es difícil caminar por el tojal ya que sus largas espinas atraviesan incluso la gruesa ropa de montaña.

La genista, al igual que el brezo, cuenta con numerosas variedades. Me referiré, en este caso, a la que se conoce como piorno (Genista purgans). Este arbusto puede llegar hasta el metro de altura y tiene ramas cortas y rígidas. Sus hojas caen muy pronto y sus flores son de color amarillo, pequeñas y muy olorosas. Florecen entre los meses de mayo y julio. Tiene una legumbre oblonga muy pilosa en la superficie. Estos piornales se dan en suelos secos y silíceos pudiendo llegar hasta los 2.600 m de altitud.


Genista
Genista
Escobas en Somiedo
Escobas en Somiedo
La escoba o escobón es habitual confundirla con el arbusto anterior. Se la denomina, también, como hiniesta (Sarothamnus scoparius). Es un arbusto que no tiene espinas y que puede alcanzar los 2 m de altura. Sus flores son de color amarillo aunque también pueden ser blancas floreciendo entre los meses de mayo y junio. La legumbre es plana con pelos sólo en el borde. Prefiere suelos arenosos secos, de roca cuarcítica, rehuyendo de los suelos calcáreos. En la montaña no alcanza mucha altitud creciendo básicamente en altitudes medias. Al igual que el brezo también era utilizada en la fabricación de escobas.


Escobas en Degaña
Por último, el arándano (Vaccinium myrtillus) es un arbusto que mide alrededor del medio metro de altura. Sus hojas alternas tienen un peciolo muy corto, de unos 3 cm de largo, presentando forma ovada. Tiene color verde en verano y anaranjado en el otoño. Su característica principal, por lo que es más conocido y apreciado, es por su fruto, una baya esférica de color negro azulado y de sabor muy dulce que madura en el mes de julio. Crece en suelos húmedos y ácidos pudiendo llegar hasta los 2.500 m de altitud. Esta planta puede ser atacada por un hongo que provoca una coloración rojiza de las hojas y el endurecimiento del fruto.

Felechal
Mata de helechos en la subida al Picayu
El helecho (Pteridium aquilinum) no es un arbusto pero constituye auténticas matas de monte bajo que en Asturias reciben el nombre de felechales. Puede alcanzar una altura importante siendo su coloración verde en verano y pardusca o rojiza en invierno. Esta coloración es la que da una particular tonalidad a los paisajes invernales de Asturias. Incómodo de caminar en el período estival resulta más accesible cuando se seca durante el invierno.


Brezo y tojo en el Urro
Brezo y tojo en el Urro
Genista y brezo en la Moredina
Genista y brezo en La Moredina

AUTOR DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES 

Pico Triguero


POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Situación del Triguero
El Triguero es la cumbre más meridional de la sierra de Peñamayor. Es vértice geodésico de 1.293 m de altitud y su nombre resulta bastante controvertido pues mientras en la cartografía se le denomina como Cerro Trigueiro, habitualmente es conocido en la zona como Picu la Triguera o Torrexón de Breza.

En este mismo blog hay un post sobre la ascensión al Fueyu o Peñamayor que recomiendo leer, pues la subida la iniciaremos en el mismo punto que al citado pico, en el pueblo de Melendreros. El recorrido desde esta localidad es bastante largo existiendo otra posibilidad, muy utilizada, que consiste en ascenderlo desde el pueblo lavianés de Ferrera. En el camino pasaremos cerca de otra cumbre significativa de Peñamayor, el Texiu, por lo que aconsejo hacer ambos picos para completar dos de los tres puntos culminantes de la sierra.



Muchos senderistas realizan el recorrido completo de todo el cordal pero es conveniente, para ello, estar en buen estado de forma y conocer bien el terreno.

Pista a Campa Gües
El inicio del camino es común con el ya citado de la subida al Fueyu hasta el refugio de Fayacaba, desde allí seguiremos por la pista que lleva hasta Campa Gües. Esta se destinaba al ganado de labor, los bueyes o gües en asturiano, de ahí su nombre. Es una amplia pradería situada a casi 1.000 m de altitud. En ese lugar estamos ya bajo la peña del Texiu y desde aquí se contempla una amplia panorámica sobre los montes de la cordillera.


Panorámica desde la subida al Texiu

Pozu Funeres
Campa Gües conecta de inmediato con otras praderías en las que se inicia la subida hacia nuestro primer destino. Estas reciben el nombre de Campa Funeres, y en ella se encuentra el conocido Pozu Funeres. La triste fama de esta sima se debe al brutal episodio acaecido durante la postguerra, en el año 1948, en el que la brigadilla arrojó al pozo a 22 militantes socialistas y comunistas después de torturarlas. Actualmente una placa recuerda el triste episodio y una valla rodea la totalidad del pozo.

El desnivel se acentúa a partir de aquí y eso permite alcanzar rápidamente la zona superior de la sierra. Allí debemos aumentar la atención para no perder el camino. El terreno cálcareo es bastante caótico y mezclado con vegetación que complica este tramo final. Por lo demás no existe ninguna dificultad para conquistar este pico.


Cresta del Texiu

Cumbre del Texiu
La curiosidad de la cima consiste en la utilización de una guitarra como buzón de cumbre. En el Fueyu se utilizó la reproducción de una botella de sidra, homenajeando de este modo al producto más importante del concejo naveto. En el caso del Texiu la guitarra constituye una deferencia con el cantante de tonada asturiana el Presi.

Nos encontramos a 1.253 m de altitud y la diferencia con el Triguero, que tenemos muy próximo, al sur del Texiu, es de tan sólo 40 m. Pero para acceder hasta él deberemos primero descender al collado que separa ambas cumbres. Desde aquí recomiendo continuar descendiendo un corto tramo en dirección sureste, a través del bosque, siguiendo el camino que lleva hacia el collado Breza para evitar seguir por toda la cresta. Esta es muy complicada de andar por lo roto de la caliza y la abundante vegetación.


Cresta del Texiu al Triguero
Cresta entre el Texiu y el Triguero
El Triguero está presidido por el vértice geodésico y una amplia y hermosa panorámica en sus 360º. Por el sur, los cercanos montes del Parque de Redes, Peña Mea y las cumbres de Ubiña. Por el noreste, el Sueve presenta los perfiles de un pequeño volcán y en la lejanía, al este, los Picos de Europa. Esta cumbre, de 1.293 m, regala a nuestros sentidos mucho más de lo que su escasa altitud parece ofrecer. Pico recomendable para cualquier época del año.


Cumbre del Triguero


El Sueve desde el Triguero

AUTOR DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Anfibios y reptiles


POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES


A muchos miembros de estas especies se les ha asignado papeles de malo en la literatura infantil por lo que hemos crecido con cierta fobia hacia ellos, en especial hacia los sapos y ranas. Con los reptiles probablemente nuestra aversión proceda de una respuesta atávica como consecuencia de nuestro pasado simiesco.
El caso es, que nos gusten o no, ahí están, en la mayoría de nuestras sendas de montaña, en la costa, e incluso son frecuentes en nuestras ciudades. Por esto parece conveniente dedicarles algún tiempo ya que por su abundancia resulta relativamente sencillo el dar con ellos.

Puesta de anuro
Puesta de anuro

Entre los anfibios solemos considerar exclusivamente a los citados sapos y ranas olvidándonos de otros tan hermosos e interesantes como son los anfibios con cola (orden Urodela) que agrupa a unas ocho familias con veintidós especies entre los que se encuentran los tritones y salamandras.

Renacuajos
Los anfibios viven principalmente en terrenos húmedos y encharcados. Los sapos y ranas constituyen, desde el punto de vista evolutivo, los más avanzados. Los individuos adultos carecen de cola, una característica que da nombre al orden al que pertenecen (Anura). Por el contrario las larvas, los conocidos renacuajos, tienen cola que se reabsorbe en el momento en el que aparecen las patas. Éstas, en número de cuatro, se diferencian por ser más cortas las anteriores que las posteriores, y por el número de dedos, cuatro en las anteriores y cinco en las posteriores. Tanto las ranas como los sapos tienen los pies palmeados lo que les aporta una ventaja capital para su desplazamiento en el agua. En Asturias los sapos más habituales son el pintojo (Discoglossus galganoi), que puede confundirse con una rana, el sapo partero (Alytes obstetricans) y el común (Bufo bufo).

Sapo pintojo
Sapo pintojo

Sapo partero
Sapo partero
El sonido habitual que escuchamos en las tardes del verano, en las proximidades de las charcas y lagos, suele corresponder a los machos de rana. Se emite gracias a unos sacos resonantes situados en las comisuras de la boca que inflan formando grandes vejigas. Con ellos amplifican el sonido que puede oírse incluso a varios kilómetros de distancia. Se cree que este canto más que para atraer a las hembras tiene una función intimidatoria hacia los otros machos.

Ranas muertas
Ranas muertas
Tritón
Los tritones y salamandras se distribuyen por la mayor parte de la tierra salvo en África tropical, Australia y las regiones polares. En la mayoría de las especies el número de dedos de sus cuatro patas es igual que en sapos y ranas, cuatro en las anteriores y cinco en las posteriores. Las salamandras y tritones mudan su piel en una sola pieza. Esta piel les sirve también para respirar aunque las salamandras cuentan con largos sacos pulmonares que actúan como la vejiga natatoria de los peces a modo de órgano hidrostático.

Salamandra
Salamandra
Los anfibios con cola carecen de oído medio y de pabellón auditivo. Los ojos tienen párpados móviles. Una característica curiosa de los tritones es su forma de desplazarse en el agua sin utilizar las patas, realizando movimientos ondulantes del cuerpo. Muchos tritones desarrollan una aleta a lo largo del dorso en época de celo. Esta suele colorearse de manera brillante en los machos y se extiende desde la cabeza hasta la punta de la cola en la que también puede ocupar su parte inferior.

Tritón jaspeado
Tritón jaspeado hembra (Triturus marmoratus)
Estos anfibios con cola tienen la capacidad de regenerar partes dañadas de su cuerpo como patas o cola. Los hay acuáticos permanentes mientras que los tritones lo son según la estación. Por su parte la salamandra común es principalmente terrestre.

Los reptiles fueron los primeros en cubrirse con una piel seca y escamosa para proteger el cuerpo y prevenir la desecación. Los grupos de reptiles son los quelonios, tanto los acuáticos como los terrestres, los lagartos y las serpientes.

Tortuga californiana
En los últimos años es frecuente encontrar en Asturias, en los humedales, las populares tortugas californianas que se crían como mascotas en muchos hogares. Esto representa un auténtico peligro para nuestra fauna autóctona debido a su gran voracidad.

Los reptiles tienen el sentido del olfato bien desarrollado y por lo general una buena visión. Salvo los quelonios, tienen dientes en la mandíbula y en el paladar que no utilizan para masticar sino para sujetar a sus presas.


Lagartija


Lagartija
Las lagartijas más habituales de Asturias son la común o Ibérica (Podarcis hispanicus) y la serrana (Iberolacerta monticola). Esta última tiene su hábitat principal en la zona de alta montaña. En Asturias hay dos tipos de víbora, la Vipera seoane y la berus o común. Están distribuidas por todo el medio rural tanto en la costa como en el interior. Al encontrarse en grietas, entre piedras y troncos de árbol, conviene tener especial cuidado con ellas ya que ambas son venenosas.

Víbora común
Víbora común
La víbora de seoane tiene una línea central arrosariada de color negro existiendo una variedad negra con dos líneas amarillas longitudinales. La berus o común presenta en ambos sexos una banda dorsal arrosariada. Esta última no es especialmente agresiva atacando sólo cuando se ve acorralada o agredida. Puede alcanzar un tamaño que oscila entre los 60 y 90 cm. Se suele alimentar de ratones y lagartijas.



Víbora común


Víbora común

AUTOR DE TEXTO JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES; FOTOS JOSÉ  Y ANA I. FDEZ.-TRESGUERRES


El Mofrechu


POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Al Mofrechu le faltan tan sólo 10 cm para alcanzar los 900 m de altitud. Sin duda lo más destacado de esta cumbre es su vista esplendida sobre Ribadesella y su ría. Situado en la Sierra de Santianes, es una de sus cumbres más destacadas. En el límite entre Ribadesella y Cangas de Onís, esta bonita sierra costera constituye el nexo de unión entre la del Sueve y el Cuera y prolongación natural de la de Escapa con la que suele confundirse. Para García Arias su nombre procedería de las palabras latinas monte y fractus o quebrado.


Ribadesella
Ribadesella desde el Mofrechu
La facilidad para alcanzar su cima lo ha convertido en uno de los lugares preferidos, por muchos grupos de montaña asturiana. En especial en las navidades para colocar sus populares belenes de cumbre. Esta tradición, que se repite cada año, busca  la facilidad de acceso y la belleza del lugar, premisas ambas de sobra acumuladas por el Mofrechu.

Su entrada más fácil y concurrida parte del Collado de Tresllende o de Ixena. Collado que separa las poblaciones de Ixena y Rinsena, pertenecientes a los concejos de Cangas de Onís y Llanes respectivamente. Por ambos concejos podemos llegar a este punto inicial situado a 456 m de altitud.


Macizo occidental de Picos de Europa desde la pista
En este lugar, en el que podemos dejar nuestro vehículo con bastante dificultad, ya que no hay un espacio apropiado de aparcamiento, iniciaremos nuestra andadura. Lo hacemos por una pista con tramos hormigonados que cuenta con algunos repechos importantes. El magnífico paisaje nos distraerá del esfuerzo. Todo el flanco sur está ocupado por el despliegue de los tres macizos de los Picos de Europa, en los que se individualizan sus cumbres más destacadas, el Urriello, las peñas santas de Castilla y Enol, el Cabrones y el Torrecerredo.

El Benzúa desde la pista en Güexes
La pista alcanza el collado de la Felguerina donde daremos vista a la depresión cárstica de Güexes. En este collado se produce un apreciable cambio de roca entre la cuarcita blanca armoricana, por la que hemos venido discurriendo, y el paisaje calcáreo en el que se asienta Güexes.  

Esta pequeña majada de Cangas de Onís se sitúa en el puerto Cuana de la parroquia de Zardón. La majada es utilizada por los vecinos de Ixena y es la primera que encontramos en nuestra ruta hacia el Mofrechu. El camino continúa su ascenso hacia las majadas de Vegalafuente y Vega Maor, ésta ya en la amplia depresión que hay al pie del Mofrechu.


Pista entre Felguerina y Güexes

En Güexes y Vegalafuente hay algunos prados con cierre de piedra y las tradicionales cabañas con fresnos. Este árbol, además de su función protectora contra los rigores del estío, proporcionando sombra abundante, sus hojas se utilizaban como forraje y su madera para enmangar herramientas.

Vega Maor
Vega Maor desde el Mofrechu
En Vega Maor, que comparte nombre con otra majada de Onís situada en el macizo occidental de los Picos de Europa, abundan las charcas que se mantienen durante buena parte del año. En ellas podemos descubrir diversos anfibios, en especial tritones y ranas.

El mejor acceso a la cumbre lo hacemos desde la collada que cierra Vega Maor por el oeste, collada Bemoria. Desde ésta se ve marcado el camino y algunos pequeños jitos que en dirección norte nos llevarán hasta arriba. Fijándonos bien es fácil distinguir, desde bastante abajo, el vértice geodésico y el piolet que señala el punto culminante de esta montaña.


Mofrechu desde Vega Maor


Subida final al Mofrechu

Si tenemos la suerte de disfrutar de un día despejado nos impresionará la visión de la rasa costera y la ría de Ribadesella. Relativamente próximas, la sierra del Sueve y el valle de Arriondas. Por el noreste los montes de la sierra de la Escapa y el Cuera, y en todo el flanco sur el citado despliegue de los Picos de Europa.

El Sueve desde el Mofrechu

La facilidad con la que se alcanza esta cumbre no admite disculpas para no dedicarle algún día en cualquier época del año. Yo prefiero hacerlo cuando los Picos de Europa están bastante nevados.






Distancia aprox. Ida: 4, 7 km
Desnivel aprox. 443 m
Tiempo aprox. Ida: 2 horas


AUTOR DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES