POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
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Tojo, brezo y escoba en la subida al Veigardón |
El monte bajo, o matorral, es uno de los elementos de la vegetación que más contribuyen
a la definición del paisaje. Por la extensión que suele ocupar
y por el color y las texturas que establece. En esta entrada voy
a referirme, exclusivamente, al matorral de la Cordillera Cantábrica, el que
mejor conozco. Aunque he hecho muchas rutas al sur de
estas montañas que, grosso modo, fijan el límite entre la vegetación atlántica y la
mediterránea, no me considero con suficiente experiencia en la materia para asentar
criterios claros que os puedan servir. De todas formas hay que decir que los arbustos y
plantas que aquí recojo también pueden encontrarse en la vegetación
mediterránea.
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Brezo y escobas en la subida al Horru |
En
las montañas del norte de la península, la mayor parte del matorral actual, surge como consecuencia del abandono de la actividad ganadera. Esta era, hasta hace
relativamente poco tiempo, la base de la economía rural de la zona. Podemos
considerar que esta vegetación representa un primer paso
hacia una reforestación. Un escalón hacia la recuperación del bosque original, el que existió
antes de las roturaciones llevadas a cabo para la creación de
prados y pastizales. Nuestro paisaje más habitual durante muchas generaciones.
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Brezal y tojal en el Gorfolí |
Con mayor frecuencia, lo
que nos encontraremos será el matorral de brezo, tojo,
genista, escoba y arándano, junto a las extensiones de helechos. Todos ellos se distribuyen en la naturaleza en función de los tipos de suelo. Pueden agruparse en una única especie dominante o mezclándose entre ellos en función de afinidades ecológicas. Daré algunas características de
cada uno siguiendo el orden anterior, que no atiende a ningún criterio ni
biológico ni a la extensión que ocupa.
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Brezo |
Sobre
el brezo lo primero que debemos tener en cuenta es que no existe un solo tipo
sino varios. Entre ellos cabe citar el brezo común (Calluna vulgaris), el más
abundante junto con la Erica herbacea, el blanco (Erica arborea) o el
nazareno (Erica cinerea).
Centrándonos
en el común, este brezo está siempre verde y aunque suele presentar pequeña
altura puede llegar hasta el metro. En verano tiene, por lo general, color verde oscuro
siendo de color pardo en el invierno. Las flores son habitualmente de color
rosa violáceo. Crece en suelos pobres aunque necesita bastante luz
aguantando bien tanto el calor como el frío. Florece desde julio hasta noviembre.
Antiguamente se utilizaba para fabricar escobas. Fue de las primeras plantas
colonizadoras debido a sus pocas exigencias nutritivas respecto al suelo.
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Brezal en La Moredina |
La
Erica herbacea es parecida a la anterior y difícil de diferenciar a no ser por
el tamaño, siendo más baja que el brezo común. Crece principalmente en terrenos
calcáreos. Caminar por el brezal es relativamente fácil cuando este tiene poca
altura teniendo, en ese caso, la sensación de andar sobre un suelo almohadillado.
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Tojo |
El
tojo, toxo o cotolla en asturiano, (Ulex europeus) es fácilmente identificable. Es un arbusto espinoso que llega a alcanzar bastante altura, puede superar
los 2 m. Su color es verde oscuro y sus espinas miden casi 3 cm de longitud.
Sus flores son amarillas y tiene un olor dulce muy particular. Suele crecer en
terrenos silíceos en robledales acidófilos, pinares abiertos o en suelos
arcillosos o arenosos. Asciende hasta los 800 m de altitud y florece entre
abril y julio. Es difícil caminar por el tojal ya que sus largas espinas
atraviesan incluso la gruesa ropa de montaña.
La
genista, al igual que el brezo, cuenta con numerosas variedades. Me referiré,
en este caso, a la que se conoce como piorno (Genista purgans). Este arbusto
puede llegar hasta el metro de altura y tiene ramas cortas y rígidas. Sus hojas
caen muy pronto y sus flores son de color amarillo, pequeñas y muy olorosas. Florecen entre los meses de mayo y julio. Tiene una legumbre oblonga muy
pilosa en la superficie. Estos piornales se dan en suelos secos y silíceos
pudiendo llegar hasta los 2.600 m de altitud.
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Genista |
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Escobas en Somiedo |
La
escoba o escobón es habitual confundirla con el arbusto anterior. Se la denomina, también, como hiniesta (Sarothamnus scoparius). Es un arbusto que no tiene
espinas y que puede alcanzar los 2 m de altura. Sus flores son de color
amarillo aunque también pueden ser blancas floreciendo entre los meses de mayo
y junio. La legumbre es plana con pelos sólo en el borde. Prefiere suelos
arenosos secos, de roca cuarcítica, rehuyendo de los suelos calcáreos. En la
montaña no alcanza mucha altitud creciendo básicamente en altitudes medias.
Al igual que el brezo también era utilizada en la fabricación de escobas.
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Escobas en Degaña |
Por
último, el arándano (Vaccinium myrtillus) es un arbusto que mide alrededor
del medio metro de altura. Sus hojas alternas tienen un peciolo muy corto, de
unos 3 cm de largo, presentando forma ovada. Tiene color verde en verano y
anaranjado en el otoño. Su característica principal, por lo que es más conocido
y apreciado, es por su fruto, una baya esférica de color negro azulado y de
sabor muy dulce que madura en el mes de julio. Crece en suelos húmedos y ácidos
pudiendo llegar hasta los 2.500 m de altitud. Esta planta puede ser atacada por
un hongo que provoca una coloración rojiza de las hojas y el endurecimiento del
fruto.
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Mata de helechos en la subida al Picayu |
El
helecho (Pteridium aquilinum) no es un arbusto pero constituye auténticas matas
de monte bajo que en Asturias reciben el nombre de felechales. Puede alcanzar una
altura importante siendo su coloración verde en verano y pardusca o rojiza en
invierno. Esta coloración es la que da una particular tonalidad a los paisajes invernales de Asturias. Incómodo de caminar en el período estival resulta más accesible cuando
se seca durante el invierno.
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Brezo y tojo en el Urro |
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Genista y brezo en La Moredina |
AUTOR DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ
RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
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