POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
Capilla de los Dolores |
Abandono
temprano Grado (65 m de altitud) sospechando una dura jornada al tener que
superar el collado de El Freisnu (365 m). Por delante esperan 11 km hasta
Cornellana, la mitad en subida y el resto en fuerte descenso sin apenas
descanso. Antes visito algunos de los hitos del camino que se distribuyen por
el entorno del casco viejo de la villa. Paso ante la capilla de los dolores,
una sobria y elegante edificación levantada en el siglo XVIII por el marqués de
Valdecarzana. En la actualidad, esta capilla, que formaba parte del palacio, ha
sido desacralizada celebrando en ella el ayuntamiento moscón diferentes actividades
culturales.
Fuente y crucero en Grado/Grau |
Continúo
hasta encontrarme con la Fuente de Arriba y la Cruz del camino que serán los
últimos elementos de interés antes de desviarme en dirección a Acebedo. La
Fuente se construyó durante el reinado de Carlos III, en el año 1796, y es de
estilo neoclásico. La cruz o crucero, muy próxima a la fuente, se encuentra en
el barrio homónimo y era señal que indicaba el final del caserío de la villa.
Subida a Acebedo |
El Freisnu desde Acebedo |
Inicio
el ascenso por una dura rampa que pronto se convierte en vereda de tierra. Por
debajo, a mi izquierda, queda la estrecha carretera que también se dirige hacia
Acebedo pasando por el cementerio de Grado. Más sosegada, después, la ruta
discurre por una loma en medio de los valles del río Moutas por la izquierda y
del Reguero Gaspar por la derecha. Las vistas son excelentes. Voy divisando
por el norte como la vieja carretera desciende desde el Alto de La Cabruñana.
Por el lado opuesto, al sur, han abierto la nueva autovía hacia La Espina que
se esfuma por el túnel de El Fresno.
Desvío y albergue de San Juan de Villapañada |
El
collado al que me dirijo es de fácil identificación pues sobre él sobresale el Santuario
de Nuestra Señora del Freisnu. Es invierno pero el anticiclón permite caminar
sin prisa disfrutando de una temperatura inusual para la fecha. Me quedo en
mangas de camisa cuando comienza a disiparse la niebla y consigo ver el itinerario
recorrido. Estoy ya en la bifurcación de San Juan de Villapañada al que he
llegado por carretera sin tráfico. Se me presenta aquí el dilema de seguir viaje
o desviarme a visitar aquel lugar. Al final me siento en la obligación de hacerlo
para recorrer una pequeña parte del viejo camino.
San Juan de Villapañada |
Aquí
había desde el siglo XIII un hospital regentado por la orden de San Juan de
Jerusalem. Muchos peregrinos actuales siguen utilizando esta ruta que obliga a
llegar hasta allí por un tramo bastante molesto de la carretera nacional N-634.
Yo he preferido evitarlo. Esta variante, de unos 2 km entre ida y vuelta que he
tenido que añadir, espero no me pasen factura al final de la jornada. En la
actualidad se ha rehabilitado un edificio, tras la iglesia, que cumple la función
de albergue de peregrinos. Si eres capaz de alargar tu ruta anterior hasta este
punto te verás recompensado. Tiene el alojamiento, a su favor, la
tranquilidad del lugar y las vistas sobre la villa moscona, ya en la distancia.
Grado/Grau desde la subida a El Freisnu |
Santuario de El Freisnu e inicio de la bajada a S. Marcelo |
Toca
desandar lo andado para seguir la subida hasta El Freisnu. Todo este tramo, a
pesar de ser asfalto, aunque sin tráfico, permite caminar absorto, dejándose
llevar por las agradables sensaciones que el paisaje inspira. Entre árboles
caducifolios que el invierno ha dejado al desnudo, alcanzo el alto que separa las
cuencas visuales e hidrográficas del Nalón y del Narcea. La cercanía del
santuario me obliga, de nuevo, a desviarme. Son apenas unos centenares de
metros pero el edificio lo requiere. Nuestra Señora del Freisnu existe desde el
siglo IX pero el edificio actual es muy posterior, del XVII. En él se celebra, cada
8 de septiembre, una fiesta muy concurrida. A los antiguos peregrinos parece
ser que se les denominaba en El Freisnu, los novenarios, por ser la Casa de las
Novenas el lugar donde se alojaban.
Bajada a San Marcelo |
Cuando
inicio el descenso a San Marcelo siento la sensación de alejarme de mi paisaje habitual.
Harto de recorrer la carretera de La Cabruñana hacia Cornellana en coche, nunca
había tenido esa sensación. Se deberá, pienso, a que lo hago, por primera vez,
a pie camino de Santiago. En la distancia la Sierra del Aramo y el Naranco, que
desaparecen de mi vista en la bajada, me parecen el último bastión de mi
paisaje cotidiano. El valle de Cornellana se me antoja hoy la puerta del
occidente asturiano. De un extenso y profundo territorio difícil de
abarcar mentalmente.
Fuente de La Reaz |
El
centro y el oriente regional me resultan más dominables, más asumibles. Pero
esos pensamientos se desvanecen pronto ante la triste imagen que me ofrece el recorrido
de bajada. Este ya nada tiene que ver con la antigua vereda de El Morriondo. La
nueva, abierta sobre los túneles de la autovía y pegada a los muros de
contención, me parece incompatible con lo que representa “el camino”.
Quiero imaginar que el tiempo y la naturaleza recompondrán lo que el hombre ha
desbaratado. A partir de la pasarela sobre la autovía y San Marcelo debemos
estar atentos para tomar un desvío que se inicia en la misma rotonda del
enlace, por la mano izquierda.
Palacio de Doriga |
Olvido
los desaguisados que el hombre dispone sobre el paisaje y por un tranquilo trayecto
atravieso La Reaz camino de Doriga. Antes paso por una vieja fuente de dos
caños muy cerca ya de esta población. Aquí se me amontonan los puntos de
interés, excesivos a mi entender para tan exiguo caserío. Lo entiendo mejor
al saber que aquí se encontraba el solar de los Fernández de Doriga. Hay una
iglesia románica muy reformada, Santa Eulalia, y un palacio de los siglos XIV y
XV, aunque con añadidos posteriores. A todo ello debemos sumar varios elementos
notables de patrimonio etnográfico.
Santa Eulalia de Doriga |
Doriga en la subida a Moratín |
De
Doriga se sale por el barrio que asciende al cementerio y después hasta la
cantera de Moratín. También se puede llegar por una carretera que da servicio a
esta y que sale de la parte superior del pueblo. Comienza, a partir de la
explotación de áridos, un bonito tramo que me permitirá finalizar el largo
descenso que empecé en El Freisnu. Es una senda estrecha, con algún resto de
empedrado que se inicia a la izquierda de la cantera. El arranque está poco señalizado, por lo menos cuando yo lo recorrí la última vez. Algunos mojones los
había abducido la vegetación y las
diversas pistas del entorno.
Bajada a La Rodriga |
Cornellana desde la bajada a La Rodriga |
El
camino permite asomarse al valle del Narcea en algunos claros del bosque. Se ve
así lo poco que queda ya hasta Cornellana. La vegetación la componen especies
caducifolias en su mayoría mezcladas con alguna plantación de eucalipto. Los restos de un antiguo horno de cal desaparecen fagocitados por la espesura. El
descenso se hace rápido hasta Marcel ya en la carretera AS-15. Por esta hay que
caminar los últimos kilómetros en dirección a La Rodriga y Cornellana.
Kiwis en Marcel |
A pesar
de la peligrosidad de la carretera, con mucho tráfico pesado, se camina bien
por una ancha pista que discurre por la margen izquierda. Paso junto a una
plantación de Kiwis y el centro de precintaje de salmones de La Rodriga. Estamos
en la capital salmonera de Asturias. En la plantación de Kiwis se conservaban restos del antiguo puente que han sido re-descubiertos en los últimos años debido a las obras de la autopista. Tras cruzar el puente actual sobre el Narcea tropiezo con el nuevo camino, desviado en los últimos años por la senda fluvial. Por ahí
alcanzo pronto el monasterio de Cornellana (45 m).
Puente sobre el Narcea en Cornellana |
Monasterio de Cornellana |
Altitud de Salida: 65 m
Altitud más elevada: 365 m
Altitud de llegada: 45 m
Distancia a recorrer: 10,8 Km
Tiempo estimado: 3 h
Lee el tramo Cornellana-Salas en este mismo blog.
AUTOR
DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
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