POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
Situado
entre los concejos de Aller, Caso y Sobrescobio, el Retriñón es una cumbre muy
poco frecuentada en relación a su atractivo. Es probable que a ello contribuya su
dureza consecuencia de una larga aproximación y al desnivel que es necesario salvar. Ambos contratiempos los sufriremos
desde cualquier punto que elijamos como arranque de la excursión. Yo siempre he
optado por iniciarla desde la localidad allerana de Felechosa, emplazada en el
comienzo del puerto de San Isidro, a 650 m de altitud. Si tenemos en cuenta que
su cima se sitúa a 1.862 m, el desnivel que deberemos afrontar será de algo más
de 1.200 m
Foz de Pontéo |
Peña Redonda desde la subida al Retriñón |
A la izquierda, segundo desfiladero por el que discurre la senda |
Un
continuado ascenso deja atrás las cabañas de Gamonal y el estrecho camino que sube
por entre un espeso matorral de Ulex. Cambia la roca y la vegetación en el
siguiente desfiladero que nos vemos obligados a atravesar. No cambia, sin
embargo, la excepcional hermosura. Este camino labrado en la cuarcita será el
que nos abra paso definitivo a las majadas de altura. Cabañas en el Puertu
Baxu, el Mayaín o La Felguera que a pesar del retroceso de la actividad
ganadera aún permanecen en pie. Esta circunstancia deberemos agradecérsela a
todos los ganaderos de la zona que se resisten a abandonar este lugar y que se
aferran a su ancestral modo de vida.
Es
verano y aunque los pastos estén algo agostados por el riguroso estío mantienen
una amplia cabaña en la que se entremezcla vacuno con el caballar. Nos llama poderosamente la atención algunos asnos que pastan tranquilamente mezclados con
el resto del ganado. Viven ajenos a una historia que les ha condenado a la posible
extinción. Sacrificados por un mundo que ha pasado a considerarlos una especie
innecesaria.
La
piramidal silueta del Retriñón hace ya rato que nos acompaña cuando alcanzamos
el collado de La Felguera, primero, y el de La Valencia, después. La Felguera
constituye una encrucijada de caminos entre las tierras alleranas y coyanas. De
aquí parte el camino que desciende por el desfiladero del Llaímo, la popular ruta
del Alba, hacia Soto de Agues. Me vienen, en ese momento, recuerdos de los
buenos tiempos vividos en mis seis años de trabajo en el Parque de Redes.
Retriñón desde la Valencia |
Nos posicionamos ante la empinada ladera que nos aguarda. Es posible evitarla dando un gran rodeo y enfrentándonos a un abundante monte bajo que se extiende por el valle del Otero. En este punto del recorrido conviene encontrar el camino marcado y los escasos hitos que aún se mantienen. Evitaremos, así, ascender demasiado hacia la cresta calcárea que nos cierra el paso hacia la subida final. Esta habrá que hacerla por la vertiente sureña de la montaña.
La Valencia y La Felguera desde la subida al Retriñón |
La niebla no frena, tampoco, el goce de la cima. En primer lugar estamos felices por encontrarnos nuevamente allí. Después, por las formas que se esbozan y que se convierten en siluetas familiares. Por último, porque se conoce lo que falta en el paisaje. En primer plano todo lo que he ido dejando atrás en el recorrido. En el plano más alejado, por el este, los Picos de Europa, el Tiatordos y otras cumbres significativas de los concejos de Aller y Ponga como el Maciédome, Peña Ten y Pileñes o el Cantu´l Oso. Por el sur la forma escarpada del Torres junto al Fuente y el Nogales; y por el oeste la Peña Redonda que, con su caliza resplandeciente, se nos mostró en la subida. Por ese mismo frente, al fondo, otros montes alleranos y lenenses como el Estorbín de Valverde o el Tresconcejos, muy próximos al sempiterno Macizo de Ubiña.
Si
es la primera vez que asciendes hasta la cumbre del Retriñón y la niebla te
impide disfrutar de sus inigualables vistas tendrás un motivo razonable para
volver de nuevo.
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