POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
El
haya (Fagus sylvatica) pertenece a la familia numerosa de las fagáceas en la
que se engloban más de 650 especies. Parientes cercanos suyos son los robles y
castaños. Su madera antiguamente era utilizada en la fabricación
de carbón vegetal para las ferrerías, mangos de herramientas, carros y arados.
Los usos actuales han aumentado destacando en la fabricación de muebles,
puertas y suelos. Permite el torneado fácil, el pulido y el barnizado, por lo que es una madera muy apreciada en la decoración de interiores.
Hayedo en invierno |
Es
un árbol de gran porte que puede alcanzar hasta los 30 m de altura con una copa
muy ancha en los ejemplares más viejos. Su tronco presenta una corteza lisa de
color gris un poco áspera, pero carente de grietas. Asciende hasta la mitad de
la copa en donde se divide en ramas anchas y fuertes.
Las
hojas alternas son ovaladas, más anchas hacia el centro y estrechas en la base,
con el margen suavemente ondulado y con pelos largos y sedosos de color
blanquecino. El hayuco, el fruto del haya, tiene forma de nuez en cuyo interior
se localizan una especie de pequeñas castañas que son comestibles. Su
recolección se realizaba a finales del verano y primeros días del otoño,
consumiéndose directamente sin ninguna preparación. En algunas regiones
españolas era habitual comerciar con este fruto que se cambiaba por otros
productos básicos.
El
consumo excesivo se consideraba que podía producir dolores de cabeza. Contiene
aceites comestibles y proteínas, pero su pericarpio posee sustancias algo
tóxicas que pueden afectar al hígado, riñones y pulmones, siempre, que como he
indicado, se consuma en gran cantidad.
En
Asturias la abundancia del haya ha promovido su dispersión en la toponimia regional. Los encontramos tanto en los nombres de entidades locales como en la toponimia
menor. Así se constata en lugares como La Faya de los lobos en Laviana,
Fayacaba en Bimenes, o en otros términos como Fayéu en Oviedo, Faéu en Siero,
Faeo en Sariego y Faíu en Bimenes, o con los femeninos de Faeda y los diminutivos
de Faidiellu y Faidiel.
El
haya constituye extensos bosques para lo que necesita suelos ricos y húmedos. Puede progresar, de igual manera, en suelos arenosos y calcáreos. Crece desde el
nivel del mar hasta los 2.000 m. Son los bosques más característicos de la
cordillera Cantábrica aunque el hayedo sobre suelos calcáreos podemos encontrarlo, en nuestra región, en sierras costeras como la del Sueve. El
desarrollo superficial de sus raíces favorece su crecimiento en este
tipo de suelos.
Hayedo con jacinto estrellado |
El
hayedo representa el equilibrio perfecto en su entorno. Su sotobosque más despejado
que en otras arboledas, como la carbayeda, nos permite transitar y disfrutar con
facilidad por este complejo ecosistema. En los hayedos encontraremos numerosas
plantas y flores como la mercurial perenne (Mercurialis perenni), la azucena
silvestre (Lilium martagon) o el Jacinto estrellado (Scilla lilio-hyacinthus).
Es
lugar apropiado para el mantenimiento de una abundante fauna que se
alimenta de los hayucos, como las ardillas. Otras especies habituales son el corzo,
ciervo, jabalí y numerosos mustélidos.
Hayedos
interesantes podemos encontrarlos desde el occidente hasta el oriente regional
en montes como los de Monasterio de Hermo en Cangas del Narcea, el de Tibleos
en Somiedo, en el Puerto de ventana, en el hayedo de Montegrande en Teverga, en
Lindes, concejo de Quirós o en la Biescona del Sueve, entre otros.
En
la península Ibérica el hayedo de Montejo era considerado popularmente como el
más meridional de Europa, falsa aseveración puesto que hay hayedos en la isla italiana de
Sicilia. Ni siquiera podemos considerarlo el más meridional de
la península pues La fageda de Retaule, entre Tarragona y Castellón, se sitúa en
una latitud inferior. El haya de Herguijuela de la Sierra, en Salamanca,
considerado también como el más meridional de Europa, es igualmente erróneo por lo explicado con
anterioridad.
Haya de Herguijuela de la Sierra, Salamanca |
AUTOR
DE TEXTO JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES Y FOTOS JOSÉ RAMÓN Y ANA I.
FDEZ.-TRESGUERRES
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