POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
Señalizada
por la Federación asturiana de montaña con el código PR-AS 187, constituye un
clásico del senderismo asturiano. La ruta
circular actual ha sido acondicionada en los últimos años. Por tratarse de un circuito podemos iniciarlo en distintos
lugares, dependiendo de nuestro interés bien en ascender o de descender por el
desfiladero de Las Xanas, el tramo más interesante del recorrido.
Este
hermoso escobio está considerado el hermano pequeño de la famosa garganta del
Cares en los Picos de Europa. La diferencia estriba en la menor longitud de
éste que ronda los 3 km frente a los 11 del desfiladero cabraliego.
Si
comenzamos en la localidad quirosana de Dosango disponemos de una amplia zona de
aparcamiento, antes de llegar al pueblo, en la carretera que va del Alto de
Tenebredo a Pedroveya. Si lo hacemos desde Las Xanas, concejo de Santo Adriano,
tenemos también un aparcamiento habilitado en el inicio del desfiladero, muy
próximo al molino y al restaurante que da servicio a los numerosos visitantes
de la zona.
Comienzo del desfiladero |
Personalmente
prefiero subir Las Xanas hacia Pedroveya por lo espectacular del paisaje al hacerlo en ese sentido. Por esta razón empezamos nuestra ruta en el primer aparcamiento
que he indicado anteriormente. Comienza el camino descendiendo por Valdolayés,
valle que da nombre a la ruta. El principio está desprovisto de arbolado
predominando el monte bajo sobre las laderas calcáreas. Posteriormente, antes
de llegar a la carretera de Las Xanas a Tenebredo, nos introducimos en un
espeso bosque en el que abundan los castaños y diversas especies de frondosas
atlánticas.
Las Xanas |
Previo
a alcanzar la carretera pasamos bajo el castro de El Collaín, de origen celta,
que tuvo una ocupación posterior, durante la Alta Edad Media, con una fortificación
de altura de la que aún se conservan algunas estructuras. Tenebredo es una
aldea que daba servicio al antiguo camino que comunica el valle del río Trubia
con Oviedo. Así lo atestigua la existencia de una vieja venta documentada ya en
el siglo XVI.
Por
la carretera tendremos que descender sólo unos pocos centenares de metros antes
de retomar nuevamente la senda. Existe una acera, por la margen derecha, que debemos
utilizar. Abordamos, en este punto, el ascenso del desfiladero de Las Xanas, no
sin antes contemplar el amplio panorama del valle de Santo Adriano. El camino
se estrecha y en muchos tramos se encaja en la roca calcárea del Namuriense. En
las zonas más expuestas cuenta con pasamanos para los que tengan miedo al
resbalón. Hay que tener especial cuidado cuando el camino, muy desgastado por
el continuo paso de senderistas, esté mojado.
La
senda se abrió a base de pico y barrena en el año 1933. Los pocos kilómetros
que dura este grandioso recorrido no dejarán indiferente a nadie. Conviene
hacerlos con tranquilidad, disfrutando de la vista y del relajante sonido del
río que da nombre al desfiladero. Éste nace en la Cruz de Viesca, al noroeste
de Pedroveya, localidad que deberemos alcanzar para continuar nuestro camino. Antes tenemos que atravesar un pequeño bosque en el que se
encuentran las ruinas del viejo molino de Secundino y llegar hasta la iglesia
parroquial que domina un altozano sobre el pueblo. La iglesia sufrió diversas
reformas, una de ellas fechada en el año 1877. Si no queremos pasar por esta población quirosana podemos acortar el camino dirigiéndonos directamente a Dosango desde una bifurcación que hay en la subida por el bosque. Sin embargo por Pedroveya no alargamos mucho más el recorrido y merece la pena disfrutar el ambiente que allí se respira.
En
la actualidad Pedroveya es un pueblo con un alto nivel de especialización en el
turismo rural. Cuenta con alojamientos y restaurante que nos permiten hacer un
ligero alto en el camino. Desde el pueblo, en el que abundan numerosos hórreos
bien conservados, vemos ya la localidad de Dosango, final de nuestro trayecto.
Hacia el este sobresale la cumbre de La Mostayal que preside el hermoso paisaje
del entorno. El lugar se emplaza a 550 m, ochocientos por debajo de la
singular cumbre del Aramo.
Para
alcanzar Dosango es mejor abandonar la carretera que desciende hacia Morcín en
la primera curva, a la salida del pueblo. Tomamos el camino hormigonado marcado
con las señales del PR-AS 187. Esta pista nos llevará a Dosango con mayor
rapidez que lo hace la carretera asfaltada.
A
pesar de la proximidad entre Pedroveya y Dosango ambas pertenecen a
concejos diferentes. Nuestro último alto en el camino lo haremos, nuevamente, en el concejo de Santo Adriano, municipio al que pertenece la última entidad
de población de nuestra ruta. La villa de Dosango aparece incluida en la dotación fundacional del
monasterio de San Adriano de Tuñón, otorgada por Alfonso III y la reina Jimena
en el año 891.
Las
casas se distribuyen sobre el collado que separa los picos de La Berruga (719
m) y de Valle Grande (739 m). En la zona se constata la existencia de diversas
cuevas con restos óseos. Hasta el aparcamiento nos resta medio
kilómetro escaso, todo en descenso, que tendremos que hacer por la carretera
que se abrió hace pocos años.
Pedroveya desde Dosango |
Distancia total aprox. 9,5 Km
Tiempo estimado: 3 h.
Desnivel aprox. 440 m
AUTOR
DE TEXTO Y FOTOS JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
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