Aramo Excursiones: Camino del Salvador. Tramo Mieres-Olloniego

POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Mieres desde Rozaes

Comienzo mi particular ruta de Santiago en la localidad de Mieres del Camino, mi villa natal. Mieres recibe su apellido por estar asentada al borde de la ruta histórica que comunicaba la capital asturiana con las tierras de Castilla. El Mieres de los años 50 del siglo XX, en el que yo nací, era una villa ensombrecida por el polvo del carbón y los humos siderúrgicos. En la actualidad los vientos de la historia se han llevado su negra imagen y con ellos el importante número de empleos que aquellas actividades generaban. La industria y el sector servicios actuales no producen el mismo nivel de ocupación que las caducas actividades. La pérdida de población continúa como una lenta sangría que va dejando exangüe el tejido urbano de la cabecera del valle del Caudal. Hoy la villa no llega a los treinta mil habitantes.

Iglesia San Juan en Mieres

El tramo que se incluye en esta entrada discurre entre Mieres y Olloniego, la primera población del municipio ovetense. En la antigüedad Olloniego formaba parte del viejo concejo de Tudela que terminó por incorporarse al de Oviedo en el siglo XIX. Este recorrido suma un total de 9 km, un trazado adecuado para cualquier persona. Podemos unirlo al trecho posterior o hacer ida y vuelta en caso de haber dejado nuestro vehículo al inicio del tramo. Es un paseo totalmente por asfalto pero no por ello carente de interés. La carretera se asoma al valle del Caudal permitiéndonos contemplar las transformaciones producidas en este espacio a lo largo de la última centuria.

Plaza de Requejo

Parto de la antigua carretera a Castilla frente a la iglesia de San Juan, en la tradicional plaza de La Pasera. En ella actualmente se encuentra el monumento al insigne poeta asturiano Teodoro Cuesta. En las inmediaciones del monumento se mantiene su casa natal y muy próxima a ella la iglesia diseñada por el arquitecto Rodríguez Bustelo. Encuadrada en la corriente historicista incorpora elementos decorativos de apariencia barroca. La iglesia sustituye a otra anterior levantada en época medieval y erigida bajo la advocación del santo patrón de Mieres.

Sta. María Magdalena de La Rebollada

Continúo atravesando el pequeño arroyo San Juan y dejo a un lado la explanada de nombre homónimo. Esta plaza es famosa por haberse convertido en el centro neurálgico de la degustación de sidra en el municipio. Esta primera parte del trayecto nos obliga a un largo recorrido urbano que sigue por la calle Oñón en dirección a la Rebollada.

Ablaña desde El Rollo

Alcanzo el barrio de La Peña que el desarrollo y el diseño de las nuevas infraestructuras viarias trató con menos benevolencia que lo hicieron los viejos caminos. Unos imponentes viaductos se ciernen sobre las envejecidas casas que aún resisten ante semejante infamia. En La Peña se explotó una mina de mercurio denominada El Porvenir. Ésta, unida a la proximidad de algunas minas de carbón y a la fábrica de Mieres, hizo crecer esta antigua aldea hasta convertirla en un floreciente barrio de la villa mierense.

Sta. Lucía y El Padrún

En La Peña se localiza el actual Albergue de Peregrinos. En el siglo XVII se levantó en aquella aldea una capilla que estaba dedicada al Cristo de la Misericordia. El irreverente río Caudal se encargó de llevarla por delante. No debemos olvidar las famosas estrofas dedicadas a Mieres que finalizaban con el consabido: lo mejor de Mieres, mío, si no me lo lleva el río. Tal es así que el río se llevó con cierta frecuencia no sólo haciendas, sino también numerosas vidas. Eran frecuentes los ahogamientos, especialmente de niños que lejos de la vigilancia materna solían jugar en las inmediaciones del río inmisericorde.

Ablaña y La Pereda desde la subida al Padrún

A partir de La Peña inicio la subida que habrá de llevarme por La Rebollada hasta el Alto del Padrún. En la moderna glorieta que hay a la salida de La Peña debemos coger y seguir la carretera AS-242. En la actualidad esta carretera ha conseguido aligerar el tráfico convirtiéndose en un recorrido un poco más amable de lo que fue hasta hace pocos años. En La Rebollada, topónimo que nos revela el paisaje tradicional de la zona en el que los rebollos debían abundar, fue famosa su antigua malatería.

Olloniego y La Manzaneda desde El Padrún

La mayor parte del trazado de la carretera se levantó sobre el primitivo camino, hoy desaparecido. Otras aldeas clásicas en el itinerario eran las de Copián y El Rollo que nos descubren vistas sobre el recodo que forma el valle del Caudal en la zona de La Pereda y Ablaña. En el Monte Copián, a 330 m de altitud, en el año 1220, el entonces obispo de Oviedo mandó levantar un hospital que sirviera para hospedar a los peregrinos. Lo hizo, además, para defender aquel inhóspito lugar de los ladrones que acechaban a los caminantes.

Casares

El topónimo de El Rollo es probable haga referencia al lugar donde se ajustició a muchos de esos ladrones que convirtieron la zona en lugar tan peligroso, como sostienen las crónicas. En Aguilar, donde aún se conserva la Ermita de la Asunción, la caminata se suaviza perdiendo gran parte de su desnivel hasta alcanzar el Alto del Padrún. Nos restan aún en torno a los dos kilómetros para llegar a Olloniego. Comienza en el alto, divisoria de aguas, municipios y paisajes, una pequeña parte del trazado original. Lo seguiremos, en descenso, hasta alcanzar Casares (330 m) aldea situada sobre el arroyo de San Frechoso.

Bajada de El Padrún

Poco antes de llegar a Olloniego, en las proximidades del barrio de la estación, se halla la Fuente los llocos, diseñada supuestamente por Pruneda. La Arqueta, nombre con el que también es conocida la fuente, fue levantada en el año 1775. Francisco Pruneda fue el arquitecto que proyectó la plaza del Fontán de Oviedo. En Olloniego no finalizo mi andadura, en esta ocasión me dispongo a seguir rumbo a Oviedo ya que no tengo las ataduras que impone el vehículo propio. Si quieres conocer ese tramo te remito a la entrada correspondiente incluida en este mismo blog.