POR
JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
Páramo del Sil desde la subida a La Campona |
Pista a Primout desde la subida a La Campona |
En
verano la presencia intimidatoria de tanto pino y cortafuegos puede causar intranquilidad ante la posible aparición del fuego. Hay que advertir,
sin embargo, que en este municipio no suelen ser frecuentes los incendios
forestales. Por el contrario, las buenas vistas que podemos disfrutar
deben imponerse frente a la desconfianza por un miedo injustificado y carente
de fundamento.
Páramo
del Sil, la antigua Ribas del Sil, está considerada el límite más septentrional
de la comarca berciana. Todavía conserva tasas de población importantes gracias
a la ocupación que generó hasta hace algunos años la minería
del carbón. En la actualidad la explotación de canteras de pizarra
constituye una importante fuente de empleo. En el municipio se extraen
cantidades considerables de esta piedra ornamental que se envía fuera de la provincia hacia
diversos países de la Unión Europea.
Lo
que favorece el empleo y fija población produce una fuerte conmoción sobre el paisaje tradicional de la comarca. Este se ha visto
profundamente alterado en estos últimos años. El impacto paisajístico es
visible desde diversos puntos del municipio pero permanecerá oculto a vuestros
ojos desde las cumbres que os propongo en esta entrada.
Para
iniciar nuestra ruta debemos alcanzar el final del caserío de Paramo, en la
parte más elevada de su extremo oriental. De allí parte la pista que por la
fuente del Camachón nos conducirá hasta la extensa Campona de Páramo. En este
primer tramo atravesaremos un desahogado encinar que va dejando a ambos lados
algunas camperas de menores dimensiones que la citada Campona. En ellas no es
extraño encontrarse con algunos ciervos que pastan con tranquilidad por estos
solitarios parajes.
Primout |
La
pista nos va llevando hacia el alto de la sierra dejando diferentes ramales que
se abren hacia la derecha. Tras atravesar un paso canadiense, colocado para evitar
el paso del ganado que pasta por la zona, podemos introducirnos en una pequeña
campera que se despliega a nuestra izquierda. Desde ella es posible subir a la
más grande que se sitúa poco más al sur por encima de aquella.
La
Campona es para mí uno de esos territorios mágicos. Esos lugares que nos
cautivan desde el primer momento. Constituye una amplia plataforma situada a
1.600 m de altitud que se tiende como un extenso balcón hacia todo el paisaje que
la rodea. Por el norte la sierra que cierra el antiguo valle glaciar de
Salentinos. En ella destacan la cumbre del Cereisaléu, el más reconocible por sus antenas, y más al este La Mira y La Turria. Estas montañas son excelentes
miradores de la peña del Valdiglesias y Braña la Pena. Por el sur vemos asomar la
cumbre del Cornapinos.
Por
el noroeste la Campona nos deja ver las altas cumbres de Valdeprado con el
Alcornón de Busmore como una de sus más acentuadas alturas. Por el extremo
opuesto, al este, la cabecera del valle de Salentinos lo cierra el ya citado
pico de Valdiglesias, la Cernecha y el Catoute. Si tenemos la suerte de contemplar todo este antiguo y extenso circo glaciar cubierto de nieve nos haremos una idea más aproximada de lo que tuvo que ser aquel inhóspito lugar durante el período
glaciar. En la actualidad quedan, para recordarlo, inmensos canchales de piedra
de sus relictos glaciares rocosos y las morrenas que allí se
formaron. Remito al artículo sobre Peña Roguera para todo aquel interesado en
lecturas más técnicas sobre estos pormenores.
De
la Campona conviene salir por el sur, por la pista que discurre a través del pinar, en lugar de hacerlo por el ancho cortafuegos que allí existe. Se inicia
muy próxima al viejo refugio. La última vez que estuve allí aquel ya no cumplía
función alguna pues había perdido hasta su techumbre. Este camino nos permitirá
observar el pueblo abandonado de Primout por debajo del pinar. La pista, que
viene desde Páramo dando un amplio rodeo por El Pedrosillo, es practicable por
todo tipo de vehículos. No es de extrañar, por ello, que en verano nos
encontremos con algunos pastores de la zona que suben a controlar sus ganados.
Alto de la Bobia |
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