BUSCAR EN EL BLOG

Alcornón de Busmore o Veigardón


POR JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

Al Alcornón de Busmore, o Veigardón como le llaman en Degaña, le faltan escasos metros para alcanzar la simbólica cifra de 2.000 m de altitud. Poco visitado, debido a su posición marginal en la Cordillera Cantábrica, es una de las cumbres del occidente asturiano más gratificante de ascender. Lo es tanto por su excepcional paisaje como por la amplitud panorámica que se alcanza. Por el sur se contempla buena parte de la comarca berciana. El Alcornón es la cumbre más alta del concejo de Degaña y sirve de límite con el municipio leonés de Palacios del Sil. La subida, cada año más difícil de hacer por culpa del abundante matorral, permite disfrutar de los recónditos lagos de Fasgueo, auténtica reliquia glaciar.

El mejor sitio para iniciar el ascenso es el puerto de Valdeprado, también conocido como Collado de San Antón. Esta carretera privada, que pertenece a la empresa que explota las minas de Cerredo, dispone de un estrecho paso para turismos junto a la barrera que cierra el tránsito de camiones. Por la vertiente leonesa se llega al alto del puerto por la localidad de Hospital del Sil, en el ayuntamiento de Páramo del Sil. Dejando atrás Valdeprado y las Brañas de Susañe llegaremos al punto de partida, sorteando la infinidad de baches provocados por el tráfico pesado que transporta el carbón de Cerredo hasta la central térmica de Anllares.
Valle de Cerredo
Valle de Degaña desde la subida al Alcornón
En esta ruta encontrar el inicio del camino es fundamental ya que comenzarla mal puede significar el fracaso definitivo. La vegetación arbustiva se ha extendido cerrando el monte y haciendo que se haya perdido buena parte de los caminos tradicionales. Nos puede servir de orientación un cartel que existe al borde de la carretera con información sobre las lagunas. El camino se encuentra en la margen izquierda, en sentido ascendente, poco antes de alcanzar el puerto. La ruta se inicia con mucho desnivel hasta llegar a una amplia plataforma que permite suavizar la marcha y disfrutar de una visión más amplia de Degaña, valle por el que discurre el joven río Ibias.
Lago de Fasgueo
Lago de Fasgueo con el Alcornón de fondo

El perfil del valle del Ibias denota su influencia glaciar. En algunos tramos el sendero se pierde cubierto por la vegetación. Los tramos excavados en la roca nos irán mostrando el camino a seguir. Al final del Valle Fasgueo la senda serpentea por la pared que nos eleva hasta las lagunas. El nombre de Fasgueo hace referencia a las fasgas o malas yerbas que abundan por la zona. Nada más alcanzar el collado avistamos el primero de los lagos, el de mayores dimensiones. Este conserva el mayor nivel de agua a lo largo de todo el año. El segundo, algunos metros más al oeste, está encajado en una zona pedregosa. Cuando lo fotografiamos se encontraba con un nivel escaso dado lo avanzado del verano.
Enre los lagos de Fasgueo
Collado Portillón y el Alcornón desde la segunda cubeta
de los lagos
Desde los lagos es posible contemplar las cumbres del Alcornón de Busmore, nuestra meta. A su izquierda aparece la cumbre del Portillón. Entre ambas se abre un amplio collado (el del Portillón) que es necesario remontar para obtener el premio deseado. En la inclinada ladera que asciende hasta la Collada del Portillón los lagos de Fasgueo van empequeñeciéndose a nuestros pies. Podemos admirar la fuerte inclinación de la ladera y el lugar tan hermoso que ocupan ambos lagos. Desde el Portillón la visión se abre en una amplia panorámica: al frente, por el sur, la cumbre del Miro y a nuestra derecha la suave y pedregosa cresta que nos conduce hasta la meta.
Lagos de Fasgueo desde la subida al Portillón
Lagos de Fasgueo desde la subida al Portillón

La cumbre del Alcornón es pedregosa en extremo y contrasta con las extensas y verdes sierras que por el sur se alargan por toda la hoya berciana. El desnivel por este flanco meridional contrasta con el abrupto corte que se abre hacia el norte, hacia las lagunas y el valle del Ibias. Las montañas del occidente asturiano tienen un encanto especial difícil de igualar. Sus perfiles alomados aparecen cubiertos por una vegetación arbustiva que le proporciona una profusión de colores. Brezos rojos y blancos, el amarillo de los tojales, los pequeños rodales de los bosquetes de roble, los líquenes cubriendo las rocas.


Cumbre del Alcornón
Cumbre del Alcornón de Busmore



Todo el conjunto invita a sentarse y dejarse llevar por las sensaciones visuales, olfativas y sonoras. Si vais, ir sin prisa a disfrutar de los lagos al atardecer. Nosotros nos comimos un queso de cabra al que añadimos arándanos recogidos sobre la marcha que aún pervive en nuestras papilas gustativas.

AUTOR DE FOTOS Y TEXTO: JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES

No hay comentarios: