Al Alcornón de Busmore, o Veigardón como le llaman en Degaña, le faltan escasos metros para alcanzar la simbólica cifra de 2.000 m de altitud. Poco visitado, debido a su posición marginal en la Cordillera Cantábrica, es una de las cumbres del occidente asturiano más gratificante de ascender. Lo es tanto por su excepcional paisaje como por la amplitud panorámica que se alcanza. Por el sur se contempla buena parte de la comarca berciana. El Alcornón es la cumbre más alta del concejo de Degaña y sirve de límite con el municipio leonés de Palacios del Sil. La subida, cada año más difícil de hacer por culpa del abundante matorral, permite disfrutar de los recónditos lagos de Fasgueo, auténtica reliquia glaciar.
El mejor sitio para iniciar el ascenso es el puerto de Valdeprado, también conocido como Collado de San Antón. Esta carretera privada, que pertenece a la empresa que explota las minas de Cerredo, dispone de un estrecho paso para turismos junto a la barrera que cierra el tránsito de camiones. Por la vertiente leonesa se llega al alto del puerto por la localidad de Hospital del Sil, en el ayuntamiento de Páramo del Sil. Dejando atrás Valdeprado y las Brañas de Susañe llegaremos al punto de partida, sorteando la infinidad de baches provocados por el tráfico pesado que transporta el carbón de Cerredo hasta la central térmica de Anllares.
Valle de Degaña desde la subida al Alcornón |
El perfil del valle del Ibias denota su influencia glaciar. En algunos tramos el sendero se pierde cubierto por la vegetación. Los tramos excavados en la roca nos irán mostrando el camino a seguir. Al final del Valle Fasgueo la senda serpentea por la pared que nos eleva hasta las lagunas. El nombre de Fasgueo hace referencia a las fasgas o malas yerbas que abundan por la zona. Nada más alcanzar el collado avistamos el primero de los lagos, el de mayores dimensiones. Este conserva el mayor nivel de agua a lo largo de todo el año. El segundo, algunos metros más al oeste, está encajado en una zona pedregosa. Cuando lo fotografiamos se encontraba con un nivel escaso dado lo avanzado del verano.
Collado Portillón y el Alcornón desde la segunda cubeta de los lagos |
La cumbre del Alcornón es pedregosa en extremo y contrasta con las extensas y verdes sierras que por el sur se alargan por toda la hoya berciana. El desnivel por este flanco meridional contrasta con el abrupto corte que se abre hacia el norte, hacia las lagunas y el valle del Ibias. Las montañas del occidente asturiano tienen un encanto especial difícil de igualar. Sus perfiles alomados aparecen cubiertos por una vegetación arbustiva que le proporciona una profusión de colores. Brezos rojos y blancos, el amarillo de los tojales, los pequeños rodales de los bosquetes de roble, los líquenes cubriendo las rocas.
Todo el conjunto invita a sentarse y dejarse llevar por las sensaciones visuales, olfativas y sonoras. Si vais, ir sin prisa a disfrutar de los lagos al atardecer. Nosotros nos comimos un queso de cabra al que añadimos arándanos recogidos sobre la marcha que aún pervive en nuestras papilas gustativas.
Cumbre del Alcornón de Busmore |
AUTOR DE FOTOS Y TEXTO: JOSÉ RAMÓN FDEZ.-TRESGUERRES
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